Vuelta al cole y vuelta al blog también, el último post que publiqué data de Junio, en pleno verano, cuando empezábamos a olernos que la situación que teníamos entre manos pintaba fea, pero no podíamos imaginarnos la que se nos venía encima. Muchos días en los que mi cuerpo, mi cerebro y mi alma han dedicado todas las fuerzas que de las que disponían a sobrevivir a una nueva situación, para la que no estaban preparados.
Estos días, viendo el esfuerzo titánico que están realizando los pequeños de la casa para volver a la rutina escolar, ha vuelto la inspiración a mi. He decidido volver a escribir y a retomar esta manera de expresarme y comunicarme con vosotros. No va a ser fácil, las palabras llegan amontonadas y sin demasiada fluidez. Cosas del primer día en la oficina. Iremos mejorando.
PRIMEROS DÍAS PARA TODOS
La de este año no está siendo una vuelta al cole normal. Si siempre ha sido complicada y dura después de un verano entero dedicado a jugar, ir a la piscina, andar con la bici, ver la tele… Volver a esta rutina después de muchos meses sin pisar el entorno escolar está siendo aún más duro si cabe.
Y no resulta complejo solo para los niños. Los adultos vivimos un presento incierto, con muchas dudas y muchas incertidumbres, con muchas cifras, datos, noticias que nos hacen vivir intranquilos. Y por supuesto los pequeños se dan cuenta de eso. Nos notan más nerviosos, más preocupados, más irritables… Nosotros que hemos de ser los faros que guíen sus caminos, vivimos inmersos en un mar de dudas.
QUIEN AVISA NO ES TRAIDOR
Me gustaría compartir con vosotros una pauta o consejo para estos primeros días. Basadas en mi propia experiencia en esta vuelta al cole tan especial y en aspectos que observo de primera mano cuando acompaño a mis hijos por las mañanas. No hay una ley única y fija que seguir y que vaya a funcionar para todos, pero creo que os puede servir de ayuda.
- Compartir el plan de acción con ellos: El momento crítico de por las mañanas suele darse cuando los padres, después de acompañar a los niños al colegio, hemos de irnos. Las “escenas” más dramáticas suelen darse en estos momentos. Los niños reaccionan ante lo que ellos sienten como un “abandono” y lloran, gritan, patalean… No es fácil para ellos, y para los adultos tampoco. Volver a casa o irte a trabajar con los llantos de tu niño en la cabeza es una pequeña tortura diaria, que no ayuda a comenzar el día de la mejor manera.
- Yo soy de la opinión que hay que explicarles a los niños de antemano que es lo que vamos a hacer y como lo vamos a hacer. ¿Le vais llevar al cole y os vais a marchar rápido porque tenéis una reunión importante? Explicárselo. ¿Le vais a llevar y le vaís a acompañar hasta clase y si no está tranquilo os vaís a quedar un rato con él? Explicárselo también. ¿El juguete que lleva en la mano no se puede meter en clase? Explicarle que lo puede llevar y que luego antes de entrar os lo tendrá que dar. Por favor, no le dejéis llevar un juguete y se lo quitéis rápidamente antes de que se meta en clase y no pueda reaccionar. ¿Os imagináis como os sentiríais si antes de entrar a la oficina alguien viniera y os quitar el móvil de las manos sin daros más explicación? Pues lo mismo les sucede a ellos.
- A veces me repito mucho, y sé que esta idea ya la he compartido varias veces. Pero una manera de hacer que los niños sientan el mundo como un “lugar seguro”, como un espacio donde pueden estar tranquilos, es explicarles cosas que luego van a suceder. Imaginaros la secuencia en su mente: “Mis padres me han dicho algo y luego ha sucedido de esa manera exacta. Se ve que el mundo no es tan incontrolable y tan caótico como otras veces parece. Hay una parte por lo menos que tiene orden y se pude anticipar”.
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