El embarazo. 9 meses o 40 de semanas para gestar una vida desde 0. Muchas madres la consideran como la mejor experiencia de su vida, algo único e irrepetible o una sensación imposible de describir con palabra. Pero es también un periodo lleno de cambios y de fluctuaciones a nivel físico, psicológico y, como sabemos desde hace poco, neuronal.
El científico y divulgador Pere Estupinya, en su programa de televisión “El cazador de cerebros” (¡altamente recomendable!) tiene uno dirigido a explorar, entre otras cosas, estos cambios que se dan en los cerebros de las mujeres embarazadas (el capítulo se llama “La ciencia del embarazo”). Aprovecho el post de esta semana para comentaros algunos de los puntos más interesantes de este vídeo que tanto me ha gustado.
¿QUÉ PASA DURANTE EL EMBARAZO?
Pere introduce el tema de la siguiente manera “Tener un hijo te cambia. Te cambia la vida, pero incluso como veremos hoy, te cambia el cerebro. De la misma manera que durante la adolescencia el torrente hormonal transforma el cuerpo y la mente de un niño, en la de un adulto el embarazo, las hormonas cambian alguna estructuras del cerebro y lo condicionan para que piense y sienta como el de una madre”.
Hay un cuadro bastante frecuente que se da durante el embarazo. No recuerdan bien las cosas, están más despistadas, tienen dificultades con tareas que antes podían completar sin ningún problema, etc… Durante mucho tiempo se pensaba que el cerebro de las mujeres embarazadas a nivel cognitivo no funcionaba de manera correcta. Se pensaba que éste era un daño colateral que había que tolerar porque era inherente al proceso tan complejo que se estaba dando en su cuerpo.
Pero gracias a la ciencia nos hemos dado cuenta de que no es un “daño colateral”, que no hay un deterioro en la capacidad cognitiva de las futuras mamás, sino una “preparación” o “pre-adaptación” de las estructuras cerebrales. El cerebro se va preparando durante el embarazo para lo que le viene. Como bien dice Erika Barba (Psicóloga y Doctora en Neurociencias) “El embarazo prepara al cerebro para que las madres hagan mejor su trabajo”
SIN TI NO SOY NADA
Los descubrimientos del equipo de Erika Barba y Susanna Carmona son estratosféricos, y no sólo para la comunidad científica, sino para la población general. De hecho, son de tal magnitud que este grupo de investigadoras aseguran que, viendo dos imágenes del cerebro y comparándolas, son capaces de decir con un 100% de fiabilidad quien está embarazada y quien no. Imaginaros como de significativos tienen que ser estos cambios para que sean capaces de identificar aquellos que pertenecen a las embarazadas sin equivocarse. A nivel científico tener un ínidice de error del 0% es prácticamente una utopia.
- Por un lado, nos habla de la plasticidad del cerebro, de su capacidad para adaptarse, e incluso pre-adaptarse a una situación que va a suponer un gran cambio en la vida de las mujeres. Para facilitarles (en la mayor medida de lo posible) la nueva vida que les espera “Es un cambio tan potente que el protagonista de tu vida dejas de ser tú, el protagonista ahora es el bebé, y estás pensando constantemente en cómo satisfacer las necesidades del bebé”
- Estos cambios a nivel neurológico están destinados a favorecer el vínculo con los recién nacidos. Según Susanna Carmona (investigadora científica) “Cuanto más satisfacción al interactuar con el bebé había más cambio a nivel neuronal”. Como ya he mencionado en otras ocasiones en este blog, la función del apego es vincular a la madre y al bebé, para garantizar la supervivencia de éste último, que no es capaz de valerse por si mismo nada más nacer. Digamos que no es un tema baladí, y eso lo sabe el cerebro de la madre embarazada, y por eso se prepara tanto de antemano.
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