EL DÍA (DESPUÉS) DE REYES

7 de enero, para muchas familias el día de vuelta a la rutina (algunos afortunados van a disfrutar todavía de algún día más de fiesta) con todo lo que ello conlleva; colegio, guardería, trabajo, levantarse pronto… En nuestra casa también toca la dura vuelta a la realidad, después de unos días intensos de familias, amigos, comidas, cenas y regalos. Hoy escribo con la barriga llena de roscón de reyes y la mente de emociones y recuerdos de estos días de fiesta.

DESPUÉS DE REYES: A DESCANSAR

Voy a compartir con vosotros los “highlights” de nuestas fiestas, a modo de resumen y de reflexión sobre varios aspectos de estas fechas tan importantes que, por suerte o por desgracia, sólo ocurren una vez al año.

• Vaya cansancio. Mi mujer y yo estamos agotados, tanto física como mentalmente. Y eso que durante estos días hemos tenido la ayuda (y los brazos) de abuelos, tíos, primos y amigos. Pero aún así la intensidad que alcanzan estos días, llenos de sentimientos de todo tipo, de subidas y bajadas emocionales, de idas y venidas, de discusiones y abrazos, es tal que nuestro cuerpo y nuestra mente se resienten. Lo recomendable ahora es unos días de inmersión total, de vuelta a la rutina (horarios, comidas, responsabilidades) sin rodeos, porque aunque nos cueste un poco al principio, lo acabaremos agradeciendo.
• ¡Imaginaros los pequeños de la casa! Si estos días resultan agotadores para nosotros como adultos, con todos los recursos con los que contamos, imaginaros los pequeños como “sufren” estos días. Si bien muchas veces, dan la impresión contraria, y da la sensación de que los niños durante estos días están llenos de energía y que pueden aguantar lo que les echen, os puedo asegurar que no es así. Este estado “exultante” en el que se encuentran nuestros niños es el resultado de una sobre- estimulación del mundo externo (primos, tíos, dulces, reyes, luces, cabalgatas,regalos y un largo etc) y unas emociones rebosantes que todavía no son capaces de entender y gestionar. El niño durante estos días vive en un estado continuo de alerta y atención, que hacen que estén más activos y agitados tanto motriz como psicológicamente. Estoy seguro que durante estos días vuestros hijos han comido y dormido peor, y han tenido rabietas más intensas o con más frecuencia.

NO ME SEAS GRINCH

Tema regalos… es muy complicado. Antes de ser padre lo veía sencillo: hay que minimizarlos al máximo, buscando la calidad en favor de la cantidad, y para que el niño pueda disfrutar al máximo y realmente apreciar cada uno de los regalos que recibe. ¡No es tan fácil! Los regalos van más allá de los límites de vuestro nucleo familiar. Incluyen a abuelos, tíos, primos… y con ellos las ideas y expectativas que cada uno de ellos tiene sobre ellos. No es sencillo. Ante esta situación como padres podemos elegir varios caminos:

1. Ser el Grinch: establecer unos límites muy claros y muy definidos y ser muy intransigente con ellos. De esta manera conseguirás que los regalos que reciban tus hijos se adapten a las ideas que tenéis sobre como debería ser. Conseguiréis también malas caras y enfados con varios miembros de vuestras familias, así como frases del tipo “vaya espiritu de la Navidad” “no me seas Grinch” o “en casa siempre lo hemos hecho así”.
2. Esperar a ver que sucede. La opción contraria sería no dar ningún tipo de directriz ni indicación y que cada uno haga lo que quiera y le apetezca. Taparse los ojos y esperar que el golpe no sea muy fuerte.
3. Y como suele ser habitual la virtud está en el punto medio. En mi opinión la mejor opción, la que hemos intentado en casa con un éxito “relativo”, es la de establecer unos límites claros sobre los regalos que nos gustaría que nuestros pequeños reciban, pero ser comprensivos y empáticos con la personalidad, las ilusiones y las ideas de cada persona que hace un regalo. En casa por ejemplo, pedimos que les hicieran pocos regalos y que preferíamos que fueran ropa o libros. Y hemos conseguido que la “mayoría” de los regalos fueran de este tipo. Nos llevamos a casa también unos cuantos juguetes, algunos de ellos muy interesantes y otros no tanto, pero realmente ¿hay alguna estrategia comercial con una efectividad del 100%?